Según recuerdo jugábamos de a dos o bien; nos turnábamos democráticamente el control en la 'reta'. Las transferencias compra/venta de jugadores se discutían todas. Y si convenía un 4-3-3 para jugar contra este equipo que ya habia dado varias vueltas invicto, o un 5-3-2 con doble barrera y camión atrás, nada más para fastidiarle el juego al más hábil. Si entraba un defensor o un delantero, todo era cuestión de análisis. Porque el fútbol es fútbol y la liga máster es algo serio que se debe ganar por lo menos una vez en la vida. Si es antes de los diez años mejor.
Largas noches hasta altas horas de la madrugada, fines de semana, vacaciones de verano. Joystick en mano y el ventilador al máximo. Los ingredientes que forjaron una infancia que no cambiaría por nada.
Los controles de la play eran grises y algunos ni tenían análogos. Es nuestro balero, eso que contar a nuestros hijos cuando somos padres. O a nuestros nietos cuando seamos abuelos. El balero de esa generación. “En mi época jugábamos con una PS1 y éramos felices, no como ahora que…”...